Solo una ínfima parte escapó al blanqueamiento desde el primer cambio producido en 1998, entonces el año más caluroso del mundo registrado, afirmaron los autores, reunidos por la universidad australiana James Cook.
La frecuencia, intensidad y escala de los eventos debido a las altas temperaturas, incluyeron olas de calor marinas sin precedentes causantes de que los arrecifes coralinos se blanqueen y mueran, explicó Terry Hughes, al frente de la pesquisa.
Cinco episodios de blanqueamiento masivo desde 1998 convirtieron a la Gran Barrera en un tablero de arrecifes con historias recientes muy diferentes, detalló el profesor del Centro de Excelencia ARC para Estudios de Arrecifes de Coral de la alta casa de estudios australiana.
Un dos por ciento escapó del blanqueamiento por completo, pero un 80 hasta ahora se afectó severamente al menos una vez desde 2016, agregó el catedrático basado en datos satelitales.
«El estrés por calor es un predictor muy preciso de la severidad del blanqueamiento cada año», reflexionó uno de los coautores, Mark Eakin, ex miembro de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA).
La acción para frenar el cambio climático es crucial, advirtió otro miembro del equipo, el profesor Sean Connolly del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
«Irónicamente, la publicación de nuestro estudio coincide con la reunión COP26 en Glasgow, Escocia», estimó Hughes.
Una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los países es vital para el futuro de los arrecifes de coral y para los cientos de millones de ciudadanos que dependen de ellos, sentenció.
La Gran Barrera de Coral de Australia está compuesta por más de tres mil arrecifes individuales extendidos a lo largo de dos mil 300 kilómetros.
El ecosistema sustenta 65 mil puestos de trabajo en el turismo de arrecifes, mientras a nivel internacional cientos de millones de personas necesitan de la supervivencia de estos seres vivos para su sustento y seguridad alimentaria.
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