Junto a la metrópoli china, este año también recibieron la distinción Wyndham (Australia), Damietta (Egipto), Dublín (Irlanda), Osan (Corea del Sur), Huejotzingo (México), Al Wakra (Qatar), Jubail (Arabia Saudita) y Belfast (Reino Unido).
Todas destacan por demostrar cómo la educación pública en materia de salud empoderó a los ciudadanos de cualquier edad y derivó en resiliencia durante situaciones como la pandemia de la Covid-19.
David Atchoarena, directivo de la Unesco, exaltó los progresos de Shanghái en garantizar oportunidades a su población para que puedan desarrollarse por sí mismos y contribuir a solucionar desafíos en medio de los acelerados cambios en el mundo.
La municipalidad posee una amplia red de instituciones docentes de todos los niveles, pero además integra la educación con el turismo cultural, la ciencia y la tecnología, y en ese sentido, implementa proyectos que cada año atraen a millones de personas.
Sobre la base de los principios de inclusión, apertura, excelencia y desarrollo sostenible, Shanghái se ha centrado en proporcionar formación técnica y profesional a los adultos, ampliar los espacios de lectura y preparar a sus 24,8 millones de residentes en terrenos como sanidad pública.
Destaca también la promoción desde el Gobierno, la colaboración de los distintos departamentos, el apoyo social y la participación ciudadana en las diversas propuestas de aprendizaje.
Esa urbe es la más poblada de China y su florecimiento como centro cosmopolita, comercial y financiero le valió el calificativo de capital económica del país.
Además, es un destino turístico importante y millones de visitantes llegan allí atraídos por sus monumentos como el Bund, el Templo del Dios de la Ciudad, los rascacielos del Pudong y los centros de cultura y el diseño.
Shanghái es la preferida por los extranjeros, ya sea para residir, trabajar o realizar investigaciones científicas. De hecho, ocupa el puesto 16 entre las 22 metrópolis más innovadoras del planeta.
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(Tomado de Orbe)