Los ejercicios de comprensión de oraciones con estructuras difíciles favorecieron igualmente el rendimiento con los instrumentos a mano, publicaron los autores, quienes recomendaron aplicar clínicamente estos hallazgos para apoyar la rehabilitación de pacientes que perdieron parte de sus habilidades lingüísticas.
Las áreas cerebrales controladoras de ciertas funciones del idioma, como el procesamiento de los significados de las palabras, también están implicadas en el control de las habilidades motoras finas, demostraron en el texto los científicos.
Al solicitar a los participantes del estudio que completaran varias pruebas consistentes en un entrenamiento con pinzas de 30 centímetros de longitud y ejercicios de sintaxis en francés, identificaron las redes cerebrales específicas de cada tarea, pero también las comunes a ambas.
Basaron los experimentos en técnicas de imagen cerebral (resonancia magnética funcional o MRI) y en mediciones del comportamiento, con lo cual descubrieron por primera vez activaciones en la misma zona del cerebro, con similar distribución espacial, en una región llamada «ganglios basales».
Dado que estos dos tipos de habilidades utilizan idénticos recursos cerebrales, los investigadores se preguntaron si es posible entrenar una para mejorar la otra y si el entrenamiento motor con las pinzas mecánicas mejora la comprensión de frases complejas.
Los resultados científicos comprobados, más allá de estas aplicaciones innovadoras, indicaron también cómo evolucionó el lenguaje a lo largo de la historia, desde que los primeros pobladores de la Tierra comenzaron a desarrollar y utilizar herramientas.
Este dominio con el tiempo cambió profundamente el cerebro e impuso unas exigencias cognitivas que pueden haber conducido a la aparición de ciertas funciones como la sintaxis, concluyó Claudio Brozzoli, uno de los autores implicados en la investigación franco-sueca.
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