“Casi todas, si no todas, debieron desplazarse ante la incapacidad de alimentar el ganado”, apunta el informe de la OIM.
Durante siglos, la provincia de Nínive era el granero de Iraq con seis mil kilómetros cuadrados de tierra cultivable, precisó el vocero del Ministerio iraquí de Agricultura, Hamid al-Nayef.
Pero este año, ha sido muy afectada por una persistente sequía y temperaturas muy altas, agregó.
En 2020, la cosecha registró 927 mil toneladas de trigo y logro autoabastecerse, declaró Abdelwahab al-Jarjiri, jefe de la autoridad local de cereales, y en el corriente 2021 cayó a 89 mil.
“Iraq enfrenta la peor sequía de los tiempos modernos por los bajos niveles de lluvia, las reducciones originadas por presas de Turquía en los ríos Éufrates y Tigris, y el cambio climático”, según Samah Hadid, del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).
“Lejos de ser un problema para un futuro lejano, el calentamiento global ya dañó a Nínive”, acotó.
Por primera vez desde su construcción en 2009, una presa en la ciudad norteña de Zawita se secó por completo, reveló el jefe de la autoridad de riego local, Hega Abdelwahid.
Solía contener hasta 50 mil metros cúbicos de agua, alimentada de nieve derretida que fue mínima en la pasada temporada y como resultado solo hay tierra agrietada, dijo.
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