Poco más de un siglo después, aquel asentamiento se convertiría en la Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales por decreto real de la Corona Española (1634).
La historiografía nacional aún debate acerca del verdadero sitio fundacional de La Habana, de hecho, se cree que entre 1514 y 1515 ya existía un poblado en el sur de su ubicación actual.
El mito sobre el establecimiento el 16 de noviembre de 1519 de la ciudad llega a nuestros días gracias a una columna que el entonces gobernador de la isla, Francisco Cagigal, mandó a erigir en el supuesto lugar de la fundación.
En la tarja de 1754 se lee que a la sombra de una ceiba, próxima a la actual Plaza de Armas, se realizó la primera misa y el primer cabildo, junta que traería orden y autoridad.
En 1828 otro gobernador, Francisco Dionisio Vives, mandó a construir el Templete, un edificio que protegería el lugar y formaría parte de esa tradición fundacional.
La Habana resistió embates de corsarios y piratas durante la primera mitad del siglo XVI hasta que en 1561 la Corona dispuso que en su bahía se concentraran las naves españolas procedentes de la colonias americanas (Flota de Indias) y por ende, comenzó su fortificación.
El 20 de diciembre de 1592 el rey Felipe II confirió a la villa el título de ciudad y desplazó a Santiago de Cuba como capital.
En 1665 la Corona le concedió el derecho de ostentar su escudo de armas, en el que estuvieron representadas mediante tres torreones las fortalezas de La Real Fuerza, El Morro y La Punta, que defendían el lugar.
De acuerdo con fuentes documentales, entre los acontecimientos más importantes de la ciudad estuvo su ocupación por los ingleses durante 11 meses (la devolvieron a cambio de la Florida), el uso del ferrocarril, el desarrollo de la industria azucarera y tabacalera, así como la expansión más allá de las murallas originales.
Luego de 1902, bajo la influencia de Estados Unidos, La Habana creció en hoteles, casinos y clubes nocturnos manejados en su mayoría por la mafia del país norteño que convirtieron a la isla en la capital del juego y la corrupción.
Esta realidad cambió a partir de 1959 con el triunfo de la Revolución y el proyecto socialista que priorizó el desarrollo de la educación, la salud pública y los servicios.
El centro histórico de la ciudad de La Habana fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982 y en la actualidad conserva la mayor parte de sus edificaciones originales de los siglos fundacionales.
En el paisaje urbano destacan la Catedral de La Habana, el Castillo del Morro, el Museo de la Revolución, el Palacio Nacional de Bellas Artes, el Gran Teatro de La Habana, Capitolio, la Plaza de la Revolución y el malecón, símbolos a nivel internacional de la ciudad.
Además, llega a sus 502 años en medio de las celebraciones nacionales por la reapertura de espacios culturales y socio-económicos, el reinicio de vuelos internacionales, el control de la Covid-19 y la Bienal internacional que convierte a La Habana en una gran galería de arte.
idm