Necesitamos un apoyo urgente y decisivo para mantener la capacidad de esa agencia de operar en lo que queda de este año, indicó el titular en un videomensaje dirigido a un evento ministerial sobre el tema, en Bruselas.
Unrwa desempeña un papel fundamental en la promoción de la estabilidad regional, destacó, pero sigue enfrentando una crisis existencial.
Además, llamó a evitar que se utilice como un peón político y pidió centrarse en su capacidad para llevar a cabo el mandato conferido por la Asamblea General y su compromiso incansable con los principios humanitarios y los valores compartidos de la ONU.
Guterres ofreció detalles sobre el insuficiente financiamiento con el cual cuenta Unrwa para sus operaciones y enfatizó en la urgencia de evitar que se interrumpan sus servicios esenciales de salud y educación a millones de palestinos.
Al respecto, instó a los Estados miembros de Naciones Unidas a intensificar los compromisos y la solidaridad a más largo plazo y a igualar la generosidad de los países que acogen a los refugiados palestinos.
Este martes, el comisionado general de Unrwa, Philippe Lazzarini, alertó que esa agencia está a punto de colapsar financieramente, lo cual significaría un “desastre humanitario” para millones de personas.
La entidad se enfrenta a amenazas de carácter «verdaderamente existencial», en tanto el apoyo político casi unánime a su mandato no se traduce en un respaldo financiero equivalente, sostuvo en la conferencia ministerial celebrada en Bruselas.
Desde 2013, los recursos de Unrwa se estancaron, mientras las necesidades humanitarias de los refugiados palestinos continúan creciendo.
“Estas crisis están alimentando un profundo sentimiento de abandono por parte de la comunidad internacional. La desesperación y la ira bullen en los campos”, lamentó.
Lazzarini no sabe si recibirán suficientes fondos para mantener todos los servicios de la Unrwa en funcionamiento durante este mes y el próximo: la suspensión tendría un “impacto dramático” en unos dos millones de palestinos que se quedarían sin asistencia alimentaria y monetaria, entre otras.
Asimismo, más de medio millón de niños palestinos perderían su derecho a la educación, se paralizaría la campaña de vacunación contra la Covid-19 y acabaría la atención materno-infantil a esa población.
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