«Es algo que estamos considerando», dijo el mandatario en la Oficina Oval poco antes de iniciar este jueves una reunión bilateral con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
En concreto, el sabotaje diplomático podría significar que Biden u otros funcionarios gubernamentales estadounidenses no asistan al evento multideportivo como es habitual en ese tipo de competencias, pero el país norteño sí enviaría a sus atletas, precisó el diario The Hill.
El jefe de la Casa Blanca conversó a inicios de esta semana con el presidente chino, Xi Jinping, sobre la necesidad de una relación estable y basada en el respeto, pero no discutieron específicamente sobre los Juegos.
Desde hace meses, algunos legisladores instaron al jefe de la Casa Blanca a boicotear la cita invernal para denunciar presuntas violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno chino en el supuesto genocidio a las etnias de Xinjiang (noroccidente), con fuerte presencia de musulmanes.
Beijing exigió a Washington abandonar la política de doble rasero sobre los derechos humanos y le sugirió enfocarse en sus problemas, como la supremacía blanca y el racismo.
En reiteradas ocasiones, el gigante asiático denunció la politización del asunto, condenó la injerencia foránea y aseguró que los programas aplicados en Xinjiang buscan frenar el terrorismo, el separatismo y la radicalización.
China afirma estar lista para acoger del 4 al 20 de febrero del año próximo las Olimpiadas y Paralimpiadas de Invierno en Beijing, que se convertirá en la única ciudad del mundo en ser anfitriona tanto de la edición invernal como la de verano, que tuvo lugar en 2008.
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