De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, las autoridades de Beijing tomaron esta decisión porque estiman que se destruyó el fundamento político de los nexos para mantener los embajadores.
También indicaron que así el gigante asiático defiende la soberanía nacional y las normas básicas de los vínculos internacionales, tras advertir a Vilna de preparase para asumir más consecuencias.
“Urgimos a Lituania a corregir de inmediato su error y no subestimar la fuerte resolución, voluntad y habilidad del pueblo chino a proteger la soberanía y la integridad territorial”, acotó la Cancillería.
Igualmente, recordó a Taiwán que nunca ha sido un país y no podrá cambiar el hecho de su pertenencia a China, sin importar cuánto las fuerzas independentistas distorsionen la verdad.
De esa manera se deterioran más los lazos entre Beijing y Vilna, tensados desde el verano cuando se reveló un acuerdo sobre el establecimiento de la oficina de representación de
Aparte, la nación europea abandonó un mecanismo de cooperación con China y su Parlamento aprobó una moción de censura por el supuesto maltrato a la población uigur de Xinjiang.
En respuesta, el gigante asiático retiró a su embajador allí y presentó varias quejas.
La comunidad internacional adoptó con 170 votos una resolución en 1971 que considera a la República Popular China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
Para avanzar hacia la completa reunificación del territorio nacional, Beijing defiende también la política de Un país, dos sistemas, aplicado en las regiones administrativas de Hong Kong y Macao.
Sin embargo, los dirigentes de Taipéi se niegan a aceptar ese status.
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