Ubicado en la cordillera de la Sal, en la región montañosa de Punjab, en Pakistán, a unos 160 kilómetros de la ciudad de Islamabad, el yacimiento comenzó a ser explotado ampliamente en 1872, bajo el impulso de los colonos británicos.
Después de alcanzada la independencia nacional, la Corporación de Desarrollo de Minerales de Pakistán se hizo cargo de la mayor salina del país, con más de 350 000 toneladas producidas al año, cuyas estimaciones de sus reservas varían de 82 millones a 600 millones de toneladas.
La mina cubre un área de 110 kilómetros cuadrados y cuenta con 17 niveles, 11 de ellos situados bajo tierra, y con su profundidad de 167 metros constituye una gran atracción para el cuarto de millón de turistas que la visitan anualmente.
Con una temperatura entre los 18 y los 20 grados Celsius durante todo el año, el sitio es considerado muy beneficioso para la salud. Sus sales se componen de tres minerales que marcan sus colores: blanco, que corresponde al cloruro de sodio, rojo, por el óxido de hierro, y rosado, debido a la presencia de magnesio.
El aumento de la energía, la regulación del nivel de pH (medida de acidez o alcalinidad) de la sangre, la reducción de la retención de líquidos e incluso el ascenso de la presión arterial baja son algunas de las supuestas virtudes atribuidas a la llamada sal rosa del Himalaya, aunque estas son muy parecidas a las que posee la común.
Desde el punto de vista nutricional y de composición química hay pocas diferencias entre una y otra, pues, al igual que la conocida por todos, la primera está formada en un 98 por ciento por cloruro de sodio, y el resto son minerales como potasio, magnesio, calcio, que si bien son muy recomendables desde la perspectiva médica, están presentes en cantidades tan mínimas que no tienen incidencia alguna en el buen funcionamiento del organismo humano.
Usada para preparar casi todo tipo de comidas, desde carnes y pescados hasta vegetales, su particular tonalidad la hace también muy útil para decorar diversos platillos, mientras que sus piedras son empleadas en la elaboración de variados artículos decorativos como lámparas, jarrones, ceniceros y estatuas.
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(Tomado de Orbe)
