La absolución el pasado viernes de Kyle Rittenhouse –autor del crimen- tiene ramificaciones tremendamente peligrosas, afirmó Manolo De Los Santos, director de la organización The People’s Forum, en un mensaje enviado a Prensa Latina.
Al expresar su indignación por el veredicto del tribunal que falló de forma unánime sobre el caso, De Los Santos enfatizó que se otorgó una licencia para matar a fuerzas paramilitares de derecha que ahora se sentirán aún más empoderadas para aterrorizar a la gente en nombre de la «ley y el orden».
Existe una larga y letal tradición de violencia por este tipo de milicia de extrema derecha en el país y esta amenaza recibió un gran impulso por parte del stado, añadió.
“Una vez más, el sistema judicial de Estados Unidos funcionó para proteger a un asesino racista que salió a las calles de Kenosha el 25 de agosto de 2020 para librar la guerra contra las personas que protestaban por el tiroteo policial contra Jacob Blake, un hombre negro de 29 años”, subrayó.
Recordó el activista que miles de jóvenes marcharon en todo el país después del fallo.
Rittenhouse, de 18 años, fue declarado inocente de matar a dos personas y herir a una tercera esa noche, cuando Kenosha vivía su tercera jornada de protestas contra la violencia policial.
El jurado, avalando el argumento de la legítima defensa que esgrimieron los abogados del implicado, lo liberó de cinco cargos, entre ellos el de homicidio.
La sentencia desató de inmediato múltiples reacciones.
El presidente Joe Biden declaró en principio estar “de acuerdo con la decisión del jurado”, pues “el sistema de jurado funciona”, comentó.
Sin embargo, la Casa Blanca salió enseguida con un comunicado para matizar la posición del mandatario y expresar “su malestar” por el resultado.
“Mientras que el veredicto de Kenosha dejará a muchos enfadados y preocupados, entre los que me incluyo, debemos reconocer el veredicto del jurado”, indicó Biden, quien llamó a la calma para evitar que se desate la violencia que “no tiene cabida en nuestra democracia”.
La brutalidad policial es una de las violaciones de los derechos humanos más grave, perdurable y controversial de Estados Unidos, a juicio de expertos y organizaciones afines.
El problema existe a nivel nacional y está institucionalizado, alertan al insistir que el Gobierno tendría que rendir cuentas ante los organismos internacionales de derechos humanos y la opinión pública internacional.
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