Shadi Othman, portavoz de la oficina de la Unión Europea en Jerusalén, precisó a la agencia oficial de noticias Wafa que el objetivo del grupo es conocer in situ la situación del enclave, donde viven más de dos millones de palestinos, y enviar un mensaje político sobre la necesidad de levantar el cerco que Tel Aviv aplica desde 2005.
Como parte de su estancia allí, los representantes europeos se reunirán con diversos sectores de la población y visitarán los barrios de Beit Lahiya y Sudaniyeh en el norte de la franja, detalló.
En mayo último ese territorio sufrió 11 días de intensos bombardeos israelíes, que causaron la muerte a más de 250 personas y centenares de heridos.
Según el Banco Mundial, esos ataques provocaron daños por valor de 570 millones de dólares.
Un reciente estudio conjunto del Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos y el Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud reveló que el 97 por ciento del líquido consumido en ese territorio está contaminado.
El diario israelí Haaretz reveló en julio último que las restricciones del Gobierno de Tel Aviv impiden reparar el sistema de tuberías para transportar agua en la franja.
Un mes después, el Comité Internacional de la Cruz Roja alertó que el 80 por ciento de la población de ese enclave costero vive con apenas 10 o 12 horas de electricidad al día.
Este problema amenaza la salud y la vida cotidiana de los habitantes de ese territorio palestino, donde residen unos dos millones de personas, porque la mayoría no puede refrigerar sus alimentos y las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden operar, advirtió el organismo.
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