La Cancillería al mismo tiempo pidió a dicho país europeo cambiar el nombre de su misión diplomática aquí, pues ya no la considera una embajada.
Además, recordó que se trata de una contramedida legítima en defensa de su soberanía e integridad territorial, y toda la responsabilidad recae en la nación europea.
De esa manera, Beijing oficializó la decisión anunciada el domingo pasado y se deterioraron más los lazos con Vilna, tensados desde el verano cuando se reveló un acuerdo sobre el establecimiento de la oficina de representación de Taiwán.
“Urgimos a Lituania a corregir de inmediato su error y no subestimar la fuerte resolución, voluntad y habilidad del pueblo chino a proteger la soberanía y la integridad territorial”, acotó entonces la Cancillería, tras advertir sobre más consecuencias.
Igualmente, recordó a Taiwán que nunca ha sido un país y no podrá cambiar el hecho de su pertenencia a China, sin importar cuánto las fuerzas independentistas distorsionen la verdad.
Analistas locales coinciden en que la degradación de las relaciones diplomáticas repercutirá en el intercambio económico-comercial y además pudiera conllevar a Lituania a un aislamiento en los foros internacionales, pues no podrá contar con apoyo de la nación asiática.
Beijing considera una injerencia en sus asuntos internos las decisiones de Vilna, denunció la mano de Estados Unidos detrás de cada acción e incluso deploró las recientes declaraciones del canciller lituano, Gabrielius Landsbergis, en Washington sobre reducir la dependencia de China.
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