Desde la publicación del documento en el periódico mexicano La Jornada, suman ya más de mil 200 rúbricas de 50 países en apoyo a la celebración de ese evento de arte contemporáneo, desarrollado en la nación antillana desde 1984, con una visión novedosa de la creatividad latinoamericana y caribeña.
Según la declaración, en Estados Unidos y territorios de Europa circula un texto manipulador, en inglés y español, de descrédito a la realidad del arte, la cultura, los festivales y encuentros artísticos con sede en la isla.
La Bienal de La Habana, concebida, diseñada y promovida por artistas, curadores y especialistas del Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, resulta durante 13 ediciones un referente plural y diverso, que apuesta por manifestaciones conceptuales y renovadoras de ese sector en la actualidad.
Las personalidades firmantes reconocen sus varias décadas de existencia, como testimonio de su carácter experimental, sin condicionamientos ideológicos y la valía de ese espacio de resistencia para aquellas obras ausentes de los grandes circuitos mundiales.
De acuerdo con el respaldo a la bienal, el pretendido boicot posee un “claro tinte imperial y desestabilizador contra Cuba, que sufre las dificultades, carencias e incertidumbres, ocasionadas por la pandemia Covid-19 (…), agravadas por el asfixiante reforzamiento del bloque estadounidense”.
Los artistas e intelectuales refieren que en el país antillano los presos no lo están por sus convicciones o ideas políticas, sino por atentar, en complicidad con los planes subversivos organizados desde Washington, contra el orden constitucional refrendado en 2019 por más del 85 por ciento de la sociedad.
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