Estados Unidos no enviará ninguna representación diplomática u oficial al evento multideportivo como es habitual en ese tipo de competencias, pero sí enviará sus atletas, precisó este lunes la secretaria de prensa de la presidencia, Jen Psaki.
La vocera manifestó que Washington informó a los aliados de su decisión, pero dejará que ellos determinen si se suman al boicot.
Desde hace meses, algunos legisladores instaron al presidente estadounidense, Joe Biden, a boicotear la cita invernal para denunciar presuntas violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno chino en el supuesto genocidio a las etnias de Xinjiang (noroccidente), con fuerte presencia de musulmanes.
En noviembre el ocupante del Despacho Oval dio indicios de su intención de desprestigiar la cita invernal debido a sus “serias preocupaciones” por las situación de los derechos humanos en el país asiático.
Biden conversó el mes pasado con su homólogo chino, Xi Jinping, sobre la necesidad de una relación estable y basada en el respeto, pero no discutieron específicamente sobre los Juegos.
En reiteradas ocasiones Beijing ha exigido a Washington abandonar la política de doble rasero sobre los derechos humanos y le sugirió enfocarse en sus problemas, como la supremacía blanca y el racismo.
Autoridades del gigiante asiático denunciaron recientemente la politización del asunto y aseguran que los programas aplicados en Xinjiang buscan frenar el terrorismo, el separatismo y la radicalización.
China afirma estar lista para acoger del 4 al 20 de febrero del año próximo las Olimpiadas y Paralimpiadas de Invierno en Beijing, que se convertirá en la única ciudad del mundo en ser anfitriona tanto de la edición invernal como la de verano, que tuvo lugar en 2008.
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