El malestar popular que comenzó en la sureña provincia de Eastern Cape, donde Shell planea realizar el sondeo, se extendió a unas 60 localidades del resto de Sudáfrica, incluidas la central provincia de Gauteng (donde se encuentran las ciudades de Pretoria y Johannesburgo) y la oriental KwaZulu-Natal.
Al respecto, Malik Dasoo, activista de la asociación Extinction Rebellion Sudáfrica, explicó a la prensa que las manifestaciones ambientalistas del fin de semana fueron realmente un llamado a una mayor escalada de acciones.
Cerraremos las oficinas de Shell, lo haremos el miércoles 8, y también durante las próximas semanas, anunció.
Además, dijo, expandimos nuestras actividades a los socios de Shell, Hoskings Consolidated Investment, inversión en petróleo y gas.
Si los grupos legales quieren llevar esto a la Corte Constitucional, añadió el activista, los apoyaremos, recaudaremos todos sus gastos legales e intentaremos las acciones hasta que esto se intensifique.
De su lado, Shell afirma que la compañía está muy consciente del sentimiento del público y continuará interactuando con las comunidades.
El presidente de Shell Companies SA, Hloniphizwe Mtolo, aseguró que su empresa “tima muy en serio el medio ambiente”.
El Tribunal Superior de Makhanda deberá pronunciarse esta semana sobre otra solicitud de interdicto contra los estudios sísmicos.
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