En estos momentos, reveló en la apertura en la cumbre anual del Consejo Nacional de Trabajo y Desarrollo Económico (Nedlac) que se realiza en Johannesburgo, la dirigencia del país ya recibió retroalimentación sobre el tema proveniente de representantes del gobierno, empresas y trabajadores.
El propósito de la medida es que la vacunación sea obligatoria cuando una evaluación de riesgos en el lugar de trabajo así lo requiera, y que el acceso a ciertos lugares se restrinja a solo los inmunizados, sostuvo el Ministro.
Nedlac ha apoyado la restricción de las reuniones públicas a las personas vacunadas y a las empresas que solo permiten que los empleados inoculados contra la Covid-19 accedan a su lugar de trabajo.
Al respecto, la Federación Sudafricana de Sindicatos (SAFTU) expresó su apoyo a la medida, aunque, acotó, luchará además por los trabajadores que han optado por no vacunarse.
Por su parte, la tercera federación laboral más grande del país, la de Sindicatos de Sudáfrica (Fedusa), aplazó por ahora su decisión sobre el tema.
Con anterioridad, la federación obrera más grande de Sudáfrica, Cosatu, manifestó una posición favorable a la vacunación obligatoria contra la Covid-19.
Aunque inicialmente se opuso a las vacunas forzosas, el portavoz sindical, Sizwe Pamla, explicó que la postura de esa agrupación obrera “evolucionó”.
Inicialmente nuestra posición era persuadir a la gente para que se vacunara, dijo, pero la realidad es que 2022 será el tercer año de vivir con esta pandemia mortal.
No queremos otro confinamiento, preferimos que la gente se vea obligada a vacunarse a que tener otro cierre de emergencia, que sería devastador para la ya débil economía sudafricana, afirmó.
«La vacunación no es la peor opción en este momento, tal como están las cosas; hacer que la gente pierda su derecho a ganarse la vida es la peor opción», sostuvo Pamla.
Actualmente Sudáfrica se encuentra ya inmersa en la tercera ola de la pandemia, impulsada en un porciento aun no precisado por la nueva variante vírica, Ómicron.
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