El fiscal especializado en Delitos Relacionados con Drogas, Joseph Díaz, solicitó las medidas cautelares para los integrantes de la banda criminal asociada al Clan del Golfo, cartel colombiano que opera en el país canalero, apresados el pasado 1 de diciembre como parte de la Operación Fisher.
Asimismo la autoridad demandó la suspensión del cargo de cuatro miembros de estamentos de seguridad involucrados que proveían información sobre el área que vigilaban, la costa de Colón.
También solicitó la destitución de un capitán del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), quien supuestamente recibió dinero de un ciudadano (que mantiene orden de extradición a Estados Unidos), a cambio de información.
Díaz precisó en la audiencia que aún hay más personas por aprehender y que la liberación de los señalados puede poner en riesgo las evidencias.
Para sustentar sus peticiones, se valió de la narración de eventos y la lectura textual de transcripciones telefónicas obtenidas durante la investigación, que inició el 6 de febrero de 2020, y describió la génesis de poderoso cartel colombiano y sus tentáculos en Panamá, una zona estratégica para el trasiego, especialmente en el Atlántico.
De acuerdo con autoridades, el Clan del Golfo fue responsable del trasiego de toda la droga que transitó por el Caribe panameño, donde ocurrieron el 40 por ciento de los decomisos del país en lo que va del año.
Días después de esta operación en la que se incautaron más de 10 millones de dólares en efectivo, decenas de autos e inmuebles, los estamentos de Seguridad informaron también que el cartel colombiano busca infiltrarse en sectores de servicios de Panamá.
El ministro de Seguridad Juan Manuel Pino explicó la víspera a medios de la prensa extranjera que no descarta nuevas detenciones como parte de esa acción, que desarticuló una de las células del Clan del Golfo en este país.
Es el decomiso más grande de dinero en efectivo ligado a presuntas actividades del narcotráfico de que se tenga registro en el país, precisó.
Esa organización «tenía un control absoluto de todas las actividades del narcotráfico y rutas hacia Centroamérica, donde han consolidado importantes alianzas con células del crimen en Panamá, Costa Rica y Honduras», apuntó Pino.
Informó que en lo que va del año se han confiscado 119 toneladas de droga, la mayor cantidad de estupefacientes incautados en la historia del país y que supera las 95 toneladas decomisadas en 2019.
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