La Habana (Prensa Latina) La pandemia de la Covid-19 y la crisis climática que deja estragos en el mundo marcaron nuevamente este año las diferentes esferas de trabajo de la ONU, sus principales eventos y hasta el quehacer diario del personal de la sede en Nueva York.
Desde el inicio de la crisis sanitaria a inicios de 2020, el sistema de Naciones Unidas tuvo que ajustar sus dinámicas a la nueva realidad y realizó numerosos cambios en su quehacer diario.
Con la mejora de la situación en Nueva York, la sede principal de la organización multilateral reabrió en julio pasado, se levantaron los límites de ocupación diaria y volvieron a sus oficinas quienes estaban en teletrabajo.
Frente a este nuevo escenario, las autoridades de la ONU decidieron desarrollar el debate general en un formato híbrido, algunas intervenciones y eventos de manera presencial, y otros por medio de materiales pre-grabados o en forma virtual.
El año anterior, el segmento de alto nivel de la Asamblea General transcurrió en su mayoría de forma virtual ante las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19 en todo el orbe.
Pero en esta ocasión, más de 100 jefes de Estados y Gobierno llegaron hasta el plenario, luego de que en 2020 la pandemia impidiera su presencia en la sede de Naciones Unidas y el debate sesionara de manera virtual por primera vez en su historia.
Con el fin de evitar la propagación de la Covid-19, se pautaron estrictos protocolos sanitarios dentro del edificio, que comprendían el uso de mascarillas en interiores y el distanciamiento físico, entre otras medidas.
Para limitar el número de personas, el acceso y la presencia en el salón plenario de la Asamblea General se limitó a cuatro representantes por país miembro y observador, incluido el Jefe de Estado o de Gobierno.
VACUNAS EN EL CENTRO DEL DEBATE GENERAL
La necesidad de contar con un plan de vacunación antiCovid-19, una estrategia para la recuperación de la pandemia y frente al cambio climático constituyeron temas centrales desde el primer día del debate general en ONU, del 21 al 27 de septiembre.
Según expresó el presidente de la Asamblea General en su 76 período de sesiones, Abdulla Shahid, hay momentos que marcan un punto de inflexión y este es uno de ellos.
Durante mi mandato, dijo en su intervención en el debate, esperamos abordar el cambio climático, extender por el mundo la inmunización frente a la Covid-19, impulsar la recuperación de la pandemia, fortalecer los derechos humanos y el sistema de Naciones Unidas.
Además, subrayó, aún falta voluntad política para lograr una distribución equitativa de las vacunas: podemos elegir un camino de aislacionismo o podemos forjar juntos una nueva ruta sostenible y resiliente.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a la comunidad internacional a combatir las grandes desigualdades exacerbadas por la pandemia de Covid-19 que, además, impiden la recuperación de la crisis.
Si bien las vacunas antiCovid-19 se desarrollaron en tiempo récord, observó el titular, ahora enfrentamos una desigual distribución de esos tratamientos y los países más ricos concentran la mayor cantidad de dosis.
También numerosos mandatarios de Estados de América Latina y el Caribe demandaron en el debate de alto nivel una distribución equitativa de las vacunas y más solidaridad en ese sentido.
En su intervención en persona ante el plenario, el presidente de Perú, Pedro Castillo, destacó la necesidad de mayor colaboración internacional para enfrentar la pandemia y garantizar el acceso a la inmunización ante la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Mientras algunos países tienen excesos de dosis, otros aún están a la espera para vacunar a su población, lamentó.
El presidente argentino, Alberto Fernández, quien intervino en la Asamblea General de forma virtual, abogó por considerar a las vacunas como un bien público global.
Enfatizó que la pandemia también ha generado una crisis en los derechos humanos y profundizó injusticias ya existentes en la región latinoamericana y el mundo.
En tanto, el mandatario de Costa Rica, Carlos Alvarado, alertó que solo dos de cada 10 personas en los países de renta baja han recibido una dosis de la vacuna contra la Covid-19.
Asimismo, subrayó que deberían estar al alcance de todos como un bien público global, en consonancia con su colega argentino.
Otro tema en el candelero fue el cambio climático y sus consecuencias, que resultan cada vez más palpables.
De cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), en Glasgow, los mandatarios destacaron la necesidad de planes más ambiciosos para enfrentar ese problema.
SINSABORES DE LA COP26
Pero en la práctica, la COP26 dejó muchos sinsabores entre los sectores ambientalistas, por la falta de medidas concretas en algunas áreas clave, como la de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Si bien los anuncios en Glasgow son alentadores, están lejos de ser suficientes, como advirtió el secretario general de la ONU al concluir esa cita, cuyas negociaciones se extendieron más de lo previsto ante la falta de un consenso en el acuerdo final.
Ese documento, finalmente no abarcó puntos críticos, especialmente en lo referido a la producción de combustibles fósiles.
Guterres, en su declaración final de la COP26, acogió con satisfacción los compromisos asumidos, pero lamentó que quedaran por superarse contradicciones profundas pues la voluntad política colectiva no fue suficiente.
Nuestro frágil planeta pende de un hilo, todavía estamos a las puertas de una catástrofe climática, es hora de que adoptar el modo de emergencia o la oportunidad de lograr las emisiones ceros serán eso: cero, alertó, para insistir em la necesidad de poner fin al uso del carbón.
Asimismo, recalcó que urge acabar con los subsidios a los combustibles fósiles y desarrollar la resiliencia de las comunidades vulnerables frente a los impactos aquí y ahora del cambio climático.
También hace falta cumplir con el compromiso de financiamiento climático de 100 mil millones de dólares para apoyar a los países en desarrollo, pero ninguno de esos objetivos anteriores se logró en Glasgow, acotó el secretario general.
La declaración final de la COP26 fue adoptada más de 24 horas después de la fecha programada para la clausura del evento, y luego de arduas negociaciones.
A última hora, la delegación de la India logró cambiar la redacción del texto referido al carbón, el cual quedó en definitiva como una exhortación a “disminuir”, en lugar de eliminar, su uso en plantas que no cuenten con la tecnología requerida para capturar y almacenar emisiones.
Entre las novedades, el documento aprobado por representantes de los casi 200 países participantes, pide a las naciones ricas duplicar para 2025 sus contribuciones financieras para ayudar a las naciones pobres y vulnerables a enfrentar y mitigar el impacto del cambio climático.
La declaración de Glasgow también llama a las partes firmantes del Acuerdo de París de 2015 a adelantar para el año próximo sus planes de reducción de emisiones, con el objetivo de mantener viva la meta de limitar a 1,5 grados Celsius la temperatura global.
rmh/ifb
*Periodista de Prensa Latina
