En declaraciones este martes en la Cámara de los Comunes del Parlamento, el funcionario explicó que la decisión se tomó porque la medida resulta inefectiva para frenar la propagación de la nueva cepa en el Reino Unido.
A raíz de la detección de Ómicron en noviembre pasado, el gobierno cerró las fronteras para 11 países africanos (Angola, Botsuana, Esuatini (antigua Suazitlandia), Lesoto, Malawi, Mozambique, Namibia, Nigeria, Sudáfrica, Zambia y Zimbabue), comenzó a exigir pruebas negativas de Covid-19 a todos los viajeros internacionales.
A nivel doméstico, se restableció el teletrabajo, se impuso el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público, tiendas y otros espacios cerrados.
También se pretende exigir, previa aprobación del Parlamento, un pasaporte de vacunación o un resultado negativo a una prueba rápida de Covid-19 para acceder a los clubes nocturnos y espectáculos masivos.
Por otro lado, se anunció una campaña de aplicación masiva de la vacuna de refuerzo contra la Covid-19, y el primer ministro, Boris Johnson, prometió que antes de que termine el año todos los adultos con la pauta completa de vacunación habrán tenido la oportunidad de recibir la tercera inyección.
Pese a ello, Ómicron sigue propagándose por el país, con más de cinco mil casos confirmados hasta el momento, aunque las autoridades consideran que está infestando a un promedio de 200 mil personas diarias.
Hasta el momento se reportan 10 pacientes ingresados, y un fallecido a causa de la variante, aunque en general, se reportaron este martes 59 mil 610 nuevos contagios con el coronavirus, la cifra más alta para jornada desde enero pasado, además de otras 150 muertes a causa de la enfermedad.
La retirada de los países africanos de la lista roja fue celebrada por las aerolíneas británicas y las agencias de viajes, aunque el director del gremio, Tim Adlerslade, pidió también que se eliminen las pruebas de Covid-19 obligatorias para los viajeros y los periodos de autoaislamiento que deben cumplir los recién llegados al país.
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