El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores Wang Wenbin dijo que tanto esa alegación como la supuesta prohibición a ciudadanos nativos a trabajar en la embajada, son acusaciones fabricadas.
La víspera, abandonaron China los últimos funcionarios del país europeo, incluido la encargada de negocios, Audra Ciapiene, citando esos motivos.
Según afirmó Wang, la sede lituana en Beijing nunca reportó sus preocupaciones a las autoridades locales.
Al mismo tiempo, ratificó el cumplimiento de los protocolos internacionales sobre la protección de cualquier misión diplomática.
Asimismo, recordó que los daños en las relaciones bilaterales están dados por la apertura de una oficina de representación de Taiwán en aquella nación, la exhortó a corregir sus errores lo antes posible y honrar los compromisos asumidos con el gigante asiático.
El mes pasado China degradó al nivel de encargado de negocios los nexos diplomáticos con Lituania, en protesta por acoger el despacho taiwanés.
La Cancillería indicó entonces que se trató de una contramedida legítima en defensa de la soberanía e integridad territorial, y toda la responsabilidad recae en la nación europea.
De esa manera, se deterioraron más los lazos y analistas locales avizoran la repercusión en el intercambio económico-comercial, así como un aislamiento de Lituania en los foros internacionales, pues no podrá contar con apoyo del Estado asiático.
Beijing consideró una injerencia en sus asuntos internos las decisiones de Vilna, denunció la mano de Estados Unidos detrás de cada acción e incluso deploró las recientes declaraciones del canciller lituano, Gabrielius Landsbergis, en Washington sobre reducir la dependencia de China.
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