En la última década apostaron por esta alternativa, que responde a un modelo bursátil y recauda fondos por cada escucha, Courtney Love, quien vendió el 50 por ciento del repertorio de su esposo Kurt Cobain, así como Alice Cooper, Def Leppard, Stevie Nicks, Devo, Ray Charles, Hall & Oates, Robbie Robertson y Bob Ezrin.
La más reciente adquisición de una discográfica fue la venta hace solo unos días del catálogo de Bruce Springsteen a Sony, por un valor estimado de 500 millones de dólares, el cual incluye su repertorio musical y composiciones, reseña la revista estadounidense Billboard.
«Durante los últimos 50 años, los hombres y mujeres de Sony Music me han tratado con el mayor respeto como artista y como persona. Estoy emocionado de que mi legado continúe siendo cuidado por la compañía y la gente que conozco y en la que confío», afirmó Springsteen en un comunicado emitido por la disquera.
De acuerdo con los expertos, este tipo de estrategias comerciales registra un alza significativa y pueden resultar muy rentables a largo plazo, pues genera el pago de derechos por el uso de cada canción, ya sea una descarga, un fragmento en una película o en una publicidad.
Como consecuencia los mercados financieros se interesaron en estos portafolios de artistas reconocidos, por su capacidad de generar ingresos estables por sus obras, independientemente de los años transcuirridos desde su creación.
Datos de la Asociación de Medios Digitales 2020 Streaming Forward Report apuntan ganacias por reproducción de música superiores a los 10 mil millones de dólares en 2019, cifras que van en aumento debido al parón de las giras durante casi dos años por la pandemia.
No es de extrañar entonces, que los octogenarios Tina Turner y Bob Dylan cedieran sus derechos por cifras astronómicas al grupo alemán BMG y Universal Music, respectivamente o que Stevie Nicks, de la banda de rock Fleetwood Mac, vendiera la mayor parte del catálogo del conjunto.
Acuerdos similares rubricaron el cantante estadounidense-canadiense Neil Young, el dúo Blondie, Rick James, Chrissie Hynde, de The Pretenders, David Crosby, Beach Boys, Lindsey Buckingham y la colombiana Shakira, que sucumbieron a la necesidad de monetizar sus repertorios tanto recientes como antiguos.
Según explicó la intérprete colombiana, cedió los derechos de 145 canciones al fondo de inversiones Hipgnosis Songs Fund de Londres, Reino Unido, en un panorama marcado por la crisis del coronavirus que aplasta las ganancias de los conciertos.
La referida empresa obtuvo también el repertorio íntegro del grupo norteamericano Red Hot Chili Peppers, mientras Sony Music Publishing compró los derechos de Paul Simon y Warner se hizo con el portafolio de David Guetta, tanto las canciones ya grabadas como futuras creaciones.
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