Arrojar al río Tekeza cadáveres de sus jóvenes muertos en el campo de batalla y luego manipular la situación para que parezcan inocentes masacrados por fuerzas federales, es la última maniobra perversa del grupo, aseguró el Servicio de Comunicación gubernamental.
No se trata de una nueva estrategia, por el contrario. Ya la pusieron en práctica cuando atacaron el Comando Norte del Ejército Nacional y culparon a las autoridades oficiales de provocar el enfrentamiento armado, subrayó.
De acuerdo con la notificación oficial, varios medios de comunicación, naciones occidentales y algunas organizaciones internacionales “miran a otro lado cuando son descubiertas las atrocidades, transgresiones y violaciones perpetradas por el TPLF (siglas en inglés)”.
“Decidieron hacerse de la vista gorda ante sus crueldades contra civiles indefensos en Maikadra, Galikoma, Chena, áreas de Agamsa, Wuchale, Ansokia, Gemza, Kombolcha y Gashena, en las regiones de Afar y Amhara”, indica el texto.
Señala, además, que “fueron descubiertas fosas comunes en las zonas invadidas por los insurgentes, para ocultar sus acciones genocidas, sin embargo quienes afirman reflejar la verdad y trabajar por los derechos humanos no lo denuncian”.
Casi cada semana Etiopía critica la cobertura de la guerra de algunas agencias, emisoras y televisoras, a las cuales considera portavoces del Frente. Encima, recientemente cuestionó el silencio de la Organización Mundial de la Salud y la Unesco, entre otros organismos, ante sus actos vandálicos.
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