El discurso del Kremlin sobre la importancia de establecer acuerdos que frenen el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este y la militarización de países vecinos a Rusia, fue repetido por el presidente Vladimir Putin y por su Cancillería varias veces en las últimas semanas.
Pero hasta ayer se desconocían las iniciativas de Moscú a Estados Unidos y a la alianza noratlántica.
Este viernes, la Cancillería local abrió las páginas del documento sobre el cual Washington ya respondió que esta semana presentará sus consideraciones concretas a Rusia para llevar a cabo las conversaciones sobre la seguridad en Europa.
El texto revela al mundo las intenciones claras del Kremlin de ponerle fin a la confrontación entre las partes y la posibilidad de alcanzar la estabilidad y la paz tan requerida.
Sobre las propuestas, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, dijo que su país estaba listo para iniciar las negociaciones inmediatamente, pero que no podía actuar sin conocer la posición de las contrapartes con respecto a los ocho artículos contenidos en la propuesta.
Según afirma el borrador, Washington se comprometería a no establecer bases militares en los territorios de países que formaron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y no son miembros de la OTAN.
Además, no utilizarán su infraestructura para ninguna actividad militar ni desarrollarán cooperación militar bilateral con estas naciones.
El proyecto ruso señala que ambos países aceptarían no usar el territorio de terceros países para preparar ofensivas o realizar acciones armadas que afecten a los intereses fundamentales de la seguridad de la otra parte.
Solicita eliminar toda la infraestructura disponible para el despliegue de armas nucleares fuera del territorio de Rusia y Estados Unidos y prohibir la capacitación de personal militar y civil de países no poseedores de armas nucleares para su uso.
“Las partes no realizarán ejercicios y entrenamientos militares, incluido el desarrollo de escenarios militares para la utilización uso de armas nucleares”, apunta el documento.
La demanda establece el compromiso de Moscú y Washington a no expandir misiles terrestres de medio y corto alcance en otros países ni en zonas de su territorio desde las que sería posible alcanzar a la otra parte.
En la propuesta presentada a la parte estadounidense aparece la garantía de que los miembros de la OTAN renunciarían a llevar a cabo actividades militares en Ucrania, así como en otros Estados de Europa del Este, el Cáucaso Meridional y Asia Central.
A la vez, la Casa Blanca debería excluir una mayor expansión de la Alianza Atlántica hacia el este y a rechazar la admisión en su membresía de países que formaban parte de la URSS.
De aprobarse el texto, Rusia y Estados Unidos aceptarían no extender sus Fuerzas Armadas y su armamento en áreas donde esto se perciba como una amenaza para la seguridad nacional de una de las partes, excepto dentro de su propio territorio.
Otros puntos del borrador incluyen que tanto este país como la OTAN prohibirían la expansión de fuerzas militares y armas adicionales en Europa, no fortalecerían su seguridad a expensas de la seguridad de otros y se adherirían a los principios de cooperación y seguridad indivisible.
También aparece el compromiso de Rusia y del bloque atlántico a no desplegar misiles terrestres de medio y corto alcance que podrían alcanzar objetivos en el territorio de la otra parte, así como a moderar la planificación de maniobras militares.
La proposición de Moscú establece que los Estados pertenecientes a la OTAN suspenderían una mayor expansión, incluida la adhesión de Ucrania y otros países.
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