La creciente expansión de la enfermedad, con algunas certezas de que en muchos casos lo hace con la variante Ómicron de SARS-CoV-2, la nación ibérica se debate en la dicotomía de aplicar severas restricciones o dejar correr los días para no interrumpir las fiestas navideñas y de fin de año.
Empero, la realidad quema. España registró el martes 49 mil 823 contagios en 24 horas, casi la mitad de ellos infectados con Ómicron, según confirmó el Ministerio de Sanidad.
La alta tasa de vacunados, casi el 90 por ciento de la población, de un lado neutraliza un tanto las afecciones de los pacientes, aunque de otro no frena la escalada, al punto de que la incidencia alcanzó este martes 695 casos por cada 100 mil habitantes en 14 días.
De ahí que la Conferencia de Presidentes, en forma telemática, convocada por Pedro Sánchez para hoy, adquiera mayor trascendencia. Algunas autoridades, como Isabel Díaz Ayuso en Madrid, se niegan a implementar nuevas medidas.
Sin embargo, puede llegarse a un acuerdo por consenso en la cita dirigida por el jefe del Gobierno central desde el Senado. Medios locales opinan que entre ellos pudieran estar el límite de personas en celebraciones, el uso obligatorio de mascarillas y disminución de aforos en espacios interiores.
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) advirtió que deben lograrse acuerdos para reducir los impactos de las sucesivas olas de la Covid-19, al tiempo que pidió a la población a «no bajar la guardia en los próximos meses, aunque se tenga la pauta completa de vacunación».
Según los especialistas, la inmunización debe ir acompañada de medidas preventivas como mascarilla, distancia física y social, higiene de manos, ventilación de espacios cerrados y evitar aglomeraciones y actos multitudinarios.
En general, investigadores y médicos en España subrayaron que si bien el padecimiento del virus SARS-CoV-2 es más llevadero, la variante Ómicron ha demostrado ser muy contagiosa y puede representar un problema en el futuro inmediato.
Los epidemiólogos valoraron el importante papel que juegan las vacunas, pero señalaron que de momento «son insuficientes para controlar la circulación del virus».
Asimismo, la SEE manifestó su preocupación ante las grandes brechas entre unos países y otros, muy desigual y peligroso como estrategia fallida de vacunación global.
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