Instamos a la comunidad internacional a proteger al pueblo palestino, “que está siendo asesinado mientras sus casas y tierras son quemadas por las bandas racistas organizadas”, escribió en Twitter.
Al Sheikh acusó al Ejército israelí de amparar el terrorismo organizado de esas personas.
Esas acusaciones coinciden con numerosas críticas contra las autoridades de Tel Aviv por no impedir las acciones de los habitantes de los asentamientos judíos.
Al respecto, el Monitor Euromediterráneo de los Derechos Humanos afirmó que los ataques sistemáticos de los colonos contra los palestinos son patrocinados por el Estado con el respaldo del Ejército.
En los últimos días la violencia contra los habitantes de Cisjordania se intensificó y adoptó un carácter de castigo colectivo y vengativo, señaló la ONG.
Desde la muerte de un colono el 16 de diciembre en un ataque palestino, se contabilizaron en represalia 38 agresiones de los pobladores de esos asentamientos ilegales, la mayoría “ejecutados con la protección total” de los militares, subrayó.
En similar sentido se pronunció la pasada semana la legisladora israelí de izquierda Aida Touma-Suleiman, quien acusó a las Fuerzas Armadas de patrocinar esos crímenes.
Las críticas coinciden con un agrio debate nacional que dividió al Gobierno de coalición, tras las denuncias en ese sentido del ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, miembro del Partido Laborista.
Este último condenó la pasada semana la violencia de los colonos en las zonas ocupadas durante un encuentro con la subsecretaria de Estado norteamericana para Asuntos Políticos, Victoria Nuland.
En respuesta, los sectores de derecha en el poder, representado por las formaciones Yamina e Israel Beiteinu, y en la oposición, encabezados por el Likud, arremetieron contra el funcionario.
El propio primer ministro y dirigente de Yamina, Neftali Bennett, salió en defensa de los colonos al calificar de fenómeno marginal los ataques de estos contra los palestinos, lo cual a su vez, fue duramente cuestionado por la izquierda, los árabes-israelíes y diversas organizaciones de derechos humanos.
Según diversos cálculos, más de 600 mil israelíes viven en Cisjordania y Jerusalén oriental, zonas ocupadas desde la guerra de 1967.
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