Su predecesor, Tabaré Vázquez, realizó durante su mandato una visita parecida por la tradicional fecha en las Alturas de Golán, Siria, sin la visibilidad mediática tributada este fin de semana desde el oficialismo.
Un aspecto que generó polémica aquí en círculos políticos y redes sociales fue que el presidente viajó en un avión prestado por el empresario argentino Francisco de Narváez.
A este respecto el senador del partido Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, manifestó que si bien Uruguay no puede mantener un aparato presidencial, prefería que se utilizara uno de línea comercial, porque “objetivamente no genera ninguna obligación con quienes prestan o facilitan el avión”.
Por su parte, la senadora del Frente Amplio, Sandra Lazo, se cuestionó el momento del viaje del presidente, mientras en Uruguay pasaban “cosas graves” como que dos mil 500 trabajadores de la mutualista Casa de Galicia, en cierre, quedaron en la incertidumbre sin saber que sucederá con su fuente de empleo.
Acerca del uso del avión del empresario argentino, Lazo dijo que las autoridades “regalaron el avión presidencial” de pocas plazas del anterior gobierno que servía como ambulancia de emergencia, y el actual mandatario “se siente más cómodo viajando con sus amigos que desde un punto de vista más institucional”.
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