En ocasión del 25 aniversario de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, Rodas responsabilizó al Gobierno de Alejandro Giammattei de consumar una grave regresión.
«La Constitución ha sido transgredida reiteradamente, sin consecuencias para los responsables; se han anulado los contrapesos de la República y la corrupción y la impunidad han vuelto por sus fueros; quedó desmantelada la institucionalidad de la paz y las violaciones de los derechos humanos no tienen precedentes», aseguró.
A su juicio, la enorme incidencia de las redes de corrupción y las estructuras del crimen organizado en las decisiones del Estado amenazan seriamente la democracia y la paz social.
«Los discursos de odio, incitados o tolerados desde el poder, y los ataques y hostigamientos contra defensores de los derechos humanos, operadores de justicia y periodistas independientes pueden ser el pre anuncio de la implantación de un régimen arbitrario y opresivo, que enlutaría nuevamente a las familias guatemaltecas», alertó.
En lo que definió como hora crítica, Rodas llamó a los diversos sectores democráticos que aspiran a una nación donde se respete la dignidad de las personas a «abrir espacios de diálogo y concertación para generar capacidades de defensa de la Constitución y de los Acuerdos de Paz, impidiendo que las fuerzas autoritarias se impongan».
El texto suscrito este día de 1996 cerró uno de los capítulos más trágicos de la historia de Guatemala, ya que en el conflicto armado interno perdieron la vida decenas de miles de civiles de tres generaciones, alrededor de 70 mil fueron desaparecidos y más de un millón se desplazaron forzosamente o buscaron refugio, principalmente en México.
«En la agenda estaba trazada la ruta de reconstrucción y modernización integral del Estado mediante la promoción de una cultura de diálogo y respeto de los derechos humanos, pero ninguno de los gobiernos los asumió como compromiso de Estado, por esa razón la inmensa mayoría de las víctimas no fueron resarcidas», puntualizó Rodas.
Este día, como es ya costumbre, sacerdotes mayas realizaron una ceremonia en el Parque Arqueológico Kaminal Juyú para pedir salud, seguridad y trabajo.
Para Alejandro Tul, 25 años después, la paz solo está en sus corazones y sentimientos, porque «la paz que se firmó no se ha cumplido para nada, está solo en el papel», aseguró.
Desde el Gobierno y sin la presencia de Giammattei, un acto en el Palacio Nacional envió a la sociedad un mensaje diferente, aunque Ramiro Contreras, al frente de la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos, reconoció que hay conciencia de las metas y desafíos por lograr.
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