Gantz recibió anoche en su casa, ubicada en la central ciudad de Rosh Ha-Ayin, al máximo dirigente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en el segundo encuentro entre ambos desde agosto.
La ANP atraviesa la peor crisis financiera de su historia debido a la pandemia de la Covid-19, la caída de las donaciones internacionales y la negativa de Tel Aviv de entregarle algunos impuestos que recauda en su nombre.
Según el Ministerio de Defensa israelí, la reunión duró dos horas y media, una parte de la cual solo fue solo entre ambos funcionarios.
Durante el encuentro discutimos la implementación de medidas económicas y civiles, y enfatizamos la importancia de profundizar la coordinación de seguridad, escribió Gantz en su cuenta en Twitter.
Por su parte, el titular palestino de Asuntos Civiles, Hussein al Sheikh, reveló que ambas partes abordaron “la importancia de crear un horizonte que conduzca a una solución política (…) así como las tensas condiciones en el terreno debido a las prácticas de los colonos”.
El primer ministro israelí, el ultraderechista Naftali Bennett, rechaza volver a la mesa de negociaciones con los palestinos y a entrevistarse con cualquier dirigente de la ANP, incluido Abbas.
Sin embargo, una encuesta de la ONG Iniciativa de Ginebra reveló días atrás que el 51 por ciento de los israelíes respalda un encuentro entre ambos.
La visión de Bennett no es compartida por varios miembros del gabinete de coalición israelí, la izquierda porque quiere reactivar el diálogo y algunos ministros de derecha porque ven a la ANP como un freno al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
“Si la ANP es más fuerte, Hamas será más débil. Cuando la Autoridad Palestina tenga más capacidad para hacer cumplir el orden, habrá más seguridad y nuestra mano será menos forzada”, afirmó Gantz en agosto.
En septiembre los titulares israelíes de Salud, Nitzan Horowitz, y de Cooperación Regional, Issawi Frej, (ambos del partido de izquierda Meretz) se entrevistaron con Abbas en Ramala, donde insistieron en retomar las conversaciones de paz.
Tanto la derecha opositora israelí, encabezada por el partido Likud, como Hamas criticaron la nueva reunión.
La cita coincide con la escalada de ataques de los colonos y militares israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental.
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