Según una portavoz de la policía, los hechos ocurrieron la noche de este miércoles, cuando los implicados en los disturbios intentaron tomar el control de varias estaciones de policías de esa urbe.
Los fallecidos se suman a la lista de ocho miembros de las fuerzas de seguridad que perdieron la vida durante los enfrentamientos.
El Ministerio de Salud reportó también este jueves más de mil heridos en diferentes regiones del país, de ellos, cerca de 400 hospitalizados y 62 en cuidados intensivos, a causa de los choques entre representantes del orden y los manifestantes, según el canal de televisión Khabar 24.
Esta madrugada, los edificios administrativos de Almaty y el Departamento de Policía de la ciudad fueron asaltados por los participantes en las protestas y decenas de atacantes fueron eliminados, comunicó la portavoz de la Policía local, Saltanat Azirbek.
Subrayó que la operación, la cual calificó de antiterrorista, continúa en la zona donde se encuentran los edificios del Gobierno de Almaty e instó a los residentes y huéspedes de la ciudad a que no salgan de sus casas por su propia seguridad.
Entretanto, la situación en esta capital está tranquila este jueves y no se observan protestas, aunque las personas hacen filas para acceder a los pocos cajeros automáticos que aun funcionan, comunicó la agencia de noticias TASS.
La residencia presidencial está acordonada por la policía antidisturbios, autos policiales patrullan la ciudad y todas las sucursales bancarias y oficinas de cambio están cerradas por decisión del Banco Nacional.
El presidente kazajo, Kasym-Zhomart Tokáyev, ordenó tomar medidas urgentes para proteger las misiones diplomáticas y las entidades de inversión extranjeras desplegadas en el país, indicó su oficina en su página en Internet.
Además, orientó que la Cancillería garantice “los contactos permanentes con los estados extranjeros, las organizaciones internacionales y otros socios del país en todas las cuestiones actuales de la cooperación bilateral y multilateral, según el documento.
Las manifestaciones en Kazajstán comenzaron el 2 de enero en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, en el suroeste del país, donde los residentes protestaron contra la subida de los precios del gas natural licuado.
Dos días después se produjeron disturbios y enfrentamientos con la Policía en Almaty (sureste) y otras ciudades kazajas, en los que se registran muertos y heridos, además de cuantiosos daños a edificios públicos y empresas y numerosas acciones de vandalismo.
El mandatario kazajo decretó el estado de emergencia durante dos semanas en todo el territorio del país y destituyó al Gobierno.
Tokáyev se puso al frente del Consejo de Seguridad nacional y en su última reunión tachó de terroristas a los implicados en los enfrentamientos, a la vez que prometió medidas severas contra los culpables.
Pese a la dimisión del Gobierno y a la orden presidencial de regular de inmediato los precios del combustible, las protestas continúan.
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