En un comunicado de prensa divulgado este jueves, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, informó que esa medida va dirigida a “implicados en intentos de silenciar las voces del pueblo cubano” luego de los sucesos del 11 de julio, aunque no precisó quiénes son los sancionados.
Con penalizaciones de ese tipo, así como con “todas las herramientas diplomáticas y económicas” Washington pretende apoyar al pueblo cubano, señaló Blinken, quien no mencionó el bloqueo de Washington como una de las causas de la situación económica del país caribeño.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia estadounidense, luego del 11 de julio cientos de personas están encarceladas.
A raíz de los disturbios, las autoridades cubanas explicaron que hubo delitos de desorden público, instigación a delinquir y a subvertir el orden constitucional, y también hechos de extrema violencia contra bienes, personas y autoridades.
La Habana acusó a Estados Unidos por su complicidad en esos hechos, a partir del uso de herramientas tecnológicas y de la difusión de noticias falsas para estimular a la desestabilización.
Respecto a las sanciones contra funcionarios, Cuba las considera irrelevantes desde el punto de vista práctico, pero políticamente con implicaciones, pues forman parte de la escalada agresiva impulsada desde la Casa Blanca.
El 30 de noviembre pasado, el gobierno estadounidense impuso también restricciones de visa para miembros del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias por impedir la realización de una marcha declarada inconstitucional por las autoridades de la nación caribeña.
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