La misma –denominada FGF1- se localiza en el tejido graso y actúa con rapidez y potencia, precisa la revista Cell Metabolism.
Los científicos explican que esta regula la glucosa en sangre inhibiendo la descomposición de las grasas (lipólisis).
Al igual que la insulina, el FGF1 controla la glucosa en sangre inhibiendo la lipólisis, pero las dos hormonas lo hacen de forma diferente.
Esto –puntualizan los especialistas- podría permitir que el FGF1 se utilice para reducir de forma segura y satisfactoria la glucosa en sangre en personas con resistencia a la insulina.
“Encontrar una segunda hormona que suprime la lipólisis y reduce la glucosa es un avance científico”, consideran los expertos.
Anteriormente, los especialistas habían demostrado que la inyección de FGF1 reducía drásticamente la glucemia en ratones y que el tratamiento aliviaba la resistencia a la insulina.
Ahora saben que el FGF1 suprime la lipólisis y regula la producción de glucosa en el hígado al igual que la insulina.
También descubrieron que las vías de comunicación para este proceso son diferentes, pues la insulina utiliza la encima PDE3B y la molécula FGF1 la PDE4.
El hallazgo –asegura la fuente- podría conducir al desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento de la diabetes y servir de base para estudios sobre el metabolismo.
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