La seria de agresiones de motociclistas armados en al menos nueve comunidades del referido estado, también dejaron un saldo de miles de desplazados, afirmó la ministra de Asuntos Humanitarios Sadiya Umar Faraouq, citada por su vocera Nneka Ikem Anibeye.
De acuerdo con la portavoz, al menos 100 mil personas debieron desplazarse a otras regiones por la violencia registrada en la mencionada zona de este país, donde son frecuentes los secuestros de grupos de bandidos, tipificados de terroristas por el Gobierno el pasado jueves.
El presidente nigeriano, Muhamma du Buhari, condenó la víspera las acciones violentas, sin mencionar un número específico de fallecidos o desaparecidos, aunque constató la intención de las fuerzas armadas de continuar las operaciones contra las citadas formaciones.
De acuerdo con las autoridades nigerianas, el Ejército eliminó a 537 bandidos armados en operaciones que contaron, incluso, con apoya de la fuerza aérea en Zamfara, mientras que otros 374 miembros de organizaciones criminales fueron arrestados.
Los grupos violentos son vinculados por lo general al criminal Bello Turji y sus acciones van destinadas al saqueo de localidades y secuestro de personas, para luego demandar pagos de rescates, indicó la televisión capitalina.
A la zona de los ataques se desplazó el gobernador de Zamfara, Bello Matawalle, quien prometió luchar contra los grupos violentos, para lo cual se reforzó la seguridad de esa región.
Esta jornada también se conoció sobre la liberación de 30 estudiantes y un profesor, capturados por bandas armadas el pasado 17 de junio en la localidad de Birain-Yari, en el estado de Kebbi, como parte de un grupo mayor de casi un centenar de alumnos.
Unos mil 400 escolares fueron raptados en Nigeria con el mismo objetivo de pedido de rescate a cambio de su liberación, señaló la televisión local.
La situación de violencia registrada en las últimas semanas se suma a las acciones realizadas desde 2019 en el centro y noroeste por el grupo terrorista Boko Haram y el Estado Islámico de África Occidental, con saldo de 35 mil muertos y más de 2,8 millones de desplazados internos.
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