Después de las tensiones en la Asamblea Nacional, que aprobó la iniciativa en primera lectura el pasado miércoles, corresponde este lunes a la Comisión de Leyes del Senado comenzar el análisis, antes de las discusiones en plenaria a partir de mañana en la cámara alta, controlada por la oposición.
El texto enfrentó dilaciones y contratiempos en una Asamblea dominada por el oficialismo, lo cual sugiere que esta semana será complicada para el gobierno en sus aspiraciones de contar para el 15 de enero con el pase de vacunación, con el cual espera presionar a los cinco millones de franceses renuentes a inmunizarse.
Los debates parlamentarios se enmarcan en un desafiante panorama epidemiológico, con una media de 300 mil casos diarios en las últimas jornadas, cifra derivada de la propagación de momento incontrolable de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2.
Si bien la mayoría de los franceses apoya la vacunación, y de hecho cerca del 80 por ciento de la población ya tiene un esquema completo de dos dosis, un sector acusa al gobierno de limitar las libertades individuales con su campaña de presión.
La situación escaló en los últimos días por las declaraciones a Le Parisien del presidente Emmanuel Macron, quien reconoció su intención de hacerle la vida imposible a los franceses no inmunizados, postura que desató críticas y generó una fuerte polémica, en un país que está a solo tres meses de las elecciones presidenciales.
Si el pase de vacunación es adoptado, como se espera, algunos viajes y el acceso a restaurantes, cines, teatros, eventos, estadios y otras instalaciones estarán condicionados a la presentación del documento digital o impreso, que solo se activará con un esquema completo de inmunización.
Con seguridad, la oposición hará enmiendas al proyecto en el Senado, por lo que los legisladores de ambas cámaras deberán buscar una versión común, la que tendría que ser aprobada en las dos instancias.
Si la comisión mixta de diputados y senadores no lograra entendimiento, la iniciativa volvería a debate en ambas cámaras, pero en Francia es la Asamblea Nacional la que tiene la última palabra.
El fin de semana, más de 100 mil personas protestaron en varias ciudades contra el pase de vacunación, un movimiento que parece tomar fuerza tras los comentarios de Macron, aunque no se considera lo suficientemente vigoroso como para alterar la meta gubernamental de ponerlo en vigor, recién ratificada por el mandatario y el primer ministro Jean Castex. jf/wmr