La víspera, el gobierno militar maliense tildó de ilegales, ilegítimas y contrarias al ideal panafricanista esas medidas de la Cedeao, que incluyen la suspensión de casi todo el comercio y la ayuda financiera hasta la publicación de un nuevo calendario electoral.
El organismo subregional congeló los activos de Mali en el Banco Central de los Estados de África Occidental, al considerar que las autoridades golpistas incumplieron la agenda de los comicios para entregar el poder a los civiles.
Además, la Cedeao anunció la retirada de los embajadores en Bamako, así como el cierre de las fronteras aéreas y terrestres con esa nación.
Igualmente, decidieron suspender todas las transacciones comerciales y financieras, con la excepción de alimentos y productos farmacéuticos, suministros y equipos médicos, productos derivados del petróleo y electricidad.
Mali sufrió en menos de un año dos golpes de Estado, el vigente bajo la conducción del coronel Assimi Goita, quien primero prometió comicios para el mes próximo y la semana pasada dijo que se mantendrían en un gobierno de transición por los próximos cinco años.
Las sanciones de la Cedeao se adoptaron a raíz de esa decisión de la Junta militar maliense, que pidió un plazo de cinco años, a partir del 1 de enero, para la celebración de elecciones presidenciales y legislativas, lo cual fue rechazado por el ente subregional, al considerar que es demasiado tiempo.
Además de una creciente inestabilidad política, social y económica en medio de la Covid-19, esa nación del Sahel enfrenta una continua violencia instigada por grupos radicales islamistas, entre ellos el Estado Islámico.
Las autoridades militares de transición en Mali tomaron el poder en un golpe de estado en mayo pasado, el cual fue rechazado por buena parte de la comunidad internacional.
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