Según la organización no gubernamental Friends of the Earth (Amigos de la Tierra), el plan oficial anunciado antes de la cumbre climática de noviembre pasado en Glasgow deja mucho que desear porque no incluye las políticas necesarias para su implementación.
La estrategia se publicó en octubre e incluye los compromisos para poner fin a la venta de automóviles a gasolina y diésel para 2030 y a las calderas de gas para 2035, pero los ambientalistas afirman que no aclara la cantidad de emisiones de carbono que se reducirán en cada sector.
En su lugar, argumentaron los abogados de las partes demandantes, solo se habla de tecnologías especulativas para producir combustible ecológico para los aviones y extraer el dióxido de carbono directamente del aire y enterrarlo.
ClientEarth, la otra ONG que presentó una demanda por separado, alertó que el fracaso de alcanzar los presupuestos de carbono afectaría el derecho a la vida y a tener una familia de los jóvenes de ahora y de las futuras generaciones.
No basta con que el gobierno tenga una estrategia para lograr las cero emisiones netas, sino que necesita incluir políticas reales que garanticen su éxito, recalcó Sam Hunter Jones, abogado principal de ClientEarth, tras señalar que cualquier otra cosa equivale a un engaño y a demorar la lucha contra el cambio climático.
Friends of the Earth consideró, por su parte, que los planes gubernamentales para mejorar la calefacción y el aislamiento térmico de las viviendas no valoraron el impacto que esas políticas tendrán en los grupos sociales más vulnerables, incluidos los niños, las personas de color y los discapacitados.
Las acciones para combatir el cambio climático deben partir de esas desigualdades y la transición debe diseñarse con los más vulnerables en mente, afirmó la abogada Katie de Kauwe.
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