Según la OMS, un individuo debe hacer entre 150/300 minutos de ejercicio aeróbico semanal.
De esta forma se puede reducir el riesgo de cáncer entre un 20 a un 50 por ciento, y el de sufrir un infarto de miocardio hasta en un 64 por ciento, agregó.
Esta cantidad puede disminuir hasta en un 80 por ciento la probabilidad de sufrir depresión y un 40 la posibilidad de sufrir Alzheimer, de acuerdo con la autoridad sanitaria.
En este sentido, -subrayó- también se produce una disminución de hasta un 50 por ciento de padecer una infección respiratoria, ya que fortalece el sistema inmune.
Acorde con el Instituto Musculoesquelético Europeo, “el ejercicio están muy por encima de cualquier fármaco a la hora de prevenir enfermedades realmente graves como la diabetes tipo 2 o la patología cardiovascular, así como para reducir los síntomas de depresión y ansiedad, reducir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y la salud del cerebro”.
La actividad física tiene un alto nivel reparador respecto a las afecciones de músculos y huesos.
“El músculo actúa como un órgano endocrino y cuando este se contrae, se liberan una serie de sustancias a la sangre, llamadas miokinas o también conocidas como exerquinas, produciéndose una especie de revolución molecular en el organismo, que actúa de forma multisistémica y que tiene multitud de efectos beneficiosos», resaltó la fuente.
Ningún fármaco, pastilla o intervención terapéutica es capaz de producir tantísimos efectos positivos juntos, de ahí que el ejercicio físico sea una verdadera polipíldora, según expertos.
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