Junto al parto prematuro, esa repentina elevación de la presión arterial es la principal complicación del embarazo y puede afectar la salud de madre e hijo al poner en peligro la vida de la primera y comprometer el desarrollo del segundo en los casos más graves.
De origen desconocido, se detecta en el tercer trimestre de gestación y, salvo tomar aspirinas, no hay tratamiento y solo desaparece con el parto, este último adelantado muchas veces por esa causa, recordó la publicación.
Científicos de la empresa Mirvie en San Francisco, Estados Unidos, lograron prever la mayoría de casos de preeclampsia con análisis de sangre.
El presidente y fundador de la compañía, Maneesh Jain, anunció que la tecnología de ARN (ácido ribonucleico) desarrollada puede detectar el 75 por ciento de las mujeres que la padecerán.
El hallazgo incluye a aquellas gestantes con partos prematuros, meses antes de presentarse los síntomas.
Para el estudio, multiplicaron hasta por cuatro la efectividad de cribados tradicionales (en medicina es una estrategia aplicada sobre una población para detectar una enfermedad en individuos sin signos o síntomas), basados en perfiles biográficos elaborados con historial de embarazos, edad, índice de masa corporal y la raza.
Aunque la preeclampsia se inicia con la formación de la placenta (placentación), los síntomas que permiten su diagnóstico no aparecen hasta después de la semana 20 del embarazo.
El estudio actual pudo detectarla un mes y medio antes.
El biólogo computacional y coautor de esta investigación, el español Joan Camuñas, declaró que las transcripciones de ARN del feto pueden salir de los vasos sanguíneos fetales en las vellosidades de la placenta y hacia el torrente sanguíneo materno, un material genético que “promete ser una ventana al embarazo y su progresión”.
Precisó que los algoritmos utilizados permitieron detectar patrones distintos entre las dos poblaciones (embarazadas y no embarazadas), después de entrenar a ese conjunto de operaciones con un sistema de aprendizaje de máquinas para analizar el material genético presente en dos mil 539 muestras de sangre de las mujeres analizadas.
Identificaron residuos de una serie de genes relacionados con el desarrollo de la placenta y del propio feto.
La mitad de las muestras se tomaron en el segundo trimestre del embarazo, semanas antes de la posible preeclampsia y el resto cuando ya debería haber surgido.
Fiona Kaper, coautora de un estudio similar realizado por la empresa estadounidense Illumina en 2020, aclaró que, aunque no es un sistema fiable, muestra alteraciones en el tejido placentario como una clara indicación del aumento del ARN circulante de fuentes placentarias”.
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