Citado por la agencia oficial de noticias Saba, el brigadier saudita Turki Al Maliki, vocero de la coalición árabe que respalda al Ejecutivo, anunció la operación “Libertad para un Yemen Feliz”.
Al Maliki realizó esas declaraciones en la ciudad de Ataq, capital de Shabwa, capturada esta semana por las fuerzas gubernamentales y la Brigada de los Gigantes, una unidad respaldada por Emiratos Árabes Unidos.
Aunque no divulgó más datos, medios de prensa estiman que uno de los objetivos principales de la campaña sería la vecina provincia de Marib, rica en recursos energéticos, y blanco de una ofensiva de los hutíes iniciada en febrero del pasado año.
Desde entonces, los milicianos avanzaron lentamente hacia la capital homónima de ese territorio, en medio de violentos enfrentamientos que causaron numerosas bajas de ambos lados.
Precisamente, la Brigada de los Gigantes anunció la víspera el control de amplias zonas del distrito de Hareb, ubicado en la provincia de Marib.
Además de su riqueza petrolera, el territorio es clave pues representa el último gran reducto controlado en el centro de esta nación por las fuerzas del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi y además conecta varias provincias circundantes.
La guerra comenzó en 2014, cuando los rebeldes se levantaron en armas y ocuparon grandes extensiones del país, incluida su capital, Saná.
Al año siguiente una coalición árabe, encabeza por Arabia Saudita, intervino en el conflicto en respaldo de Hadi.
Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dos tercios de la población, unos 20 millones de personas, dependen de la asistencia humanitaria y el 80 por ciento vive por debajo del umbral de pobreza.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo consideró en noviembre que Yemen atraviesa “la peor y más grande catástrofe humanitaria del mundo” y en ese sentido proyectó que para finales de 2021 la guerra habrá matado a 337 mil personas de forma directa o indirecta.
Hace 15 días, el ministro de Asuntos Sociales y Trabajo, Mohammed Azauari, alertó que su país enfrenta la peor crisis humanitaria a nivel global.
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