El desenlace era previsible, después de que la semana pasada la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo, adoptara en primera lectura la iniciativa, y de que el Senado, controlado por la oposición conservadora, hiciera lo mismo esta madrugada, pero con importantes modificaciones al texto.
La cámara alta introdujo cambios como el aumento de 12 a 18 años de la edad para exigir el pase de vacunación y la supresión de la propuesta gubernamental de otorgar autoridad a los operadores de sitios y eventos para verificar la identidad de los portadores del documento, en aras de combatir las falsificaciones y los fraudes.
Después de las enmiendas, se activó el mecanismo de búsqueda de consenso mediante la comisión mixta de siete diputados y siete senadores, cuyo fracaso hiere de muerte el objetivo del gobierno de poner en vigor el nuevo pase para el 15 de enero.
El siguiente paso es el regreso a ambas cámaras para la segunda discusión del texto, que una vez aprobado, como definitivamente sucederá, obligará a los no vacunados contra la Covid-19 a recibir un esquema completo de inmunización, si quieren contar con el documento.
Sin el pase de vacunación, les será imposible realizar algunos viajes o acceder a restaurantes, cines, teatros, eventos, estadios y otras instalaciones, a las que hoy se puede entrar con una prueba negativa de PCR.
El jefe de la mayoría en la Asamblea Nacional, el diputado de la oficialista La República en Marcha, Christophe Castaner, afirmó que el nuevo análisis del proyecto en el Palacio Borbón será “bien rápido y con un objetivo claro: proteger a los franceses”.
De mantenerse las posturas en ambas cámara, la decisión se tomará en la Asamblea, que en Francia tiene la última palabra en materia legislativa.
El país vive un tenso escenario por el rebrote de la Covid-19, impulsado por la propagación de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, con más de 300 mil casos registrados a diario.
El gobierno insiste en que la vacunación es una de las principales herramientas para atenuar el impacto de la pandemia, lo que llevó al presidente Emmanuel Macron a pronunciar la polémica frase de que hará la vida imposible a quienes descarten inmunizarse, comentario aprobado en la población por su contenido, pero no por la forma de trasladar el mensaje.
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