El informe observó una “inflación contenida en 2021” en la mayoría de los productos de primera necesidad, salvo en el caso de los antes mencionados, que en los últimos dos años se encarecieron en cerca de un 10 por ciento, por lo que “no es de extrañar que algunos consumidores se alejen de ellos, sobre todo los que tienen presupuestos reducidos”, lamentó la entidad.
Igualmente calculó que comer de acuerdo con las recomendaciones del plan nacional de nutrición y salud cuesta mensualmente, para una familia de cuatro miembros, entre 450 (respetando la diversidad de categorías y la estacionalidad) y mil 148 euros.
A los costos más elevados se enfrentan quienes son adeptos a la alimentación ecológica.
Por ello, señaló que “a ese precio, los alimentos ecológicos están lejos de estar al alcance de todos”, recordando que “para mantenerse sano, lo más importante es comer suficiente fruta y verdura”, y pidió la implantación de un bono en 2022 «para no alejar a las familias con presupuestos modestos de productos saludables».
La asociación demandó a los poderes públicos una política mucho más ambiciosa para promover una alimentación sana accesible a todos los ciudadanos y consideró que “invertir en un programa nutricional que combine la prevención y la ayuda a los más vulnerables es la clave para frenar el desarrollo de enfermedades derivadas del exceso de grasas, azúcar y sal”.
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