“Los franceses han establecido el vínculo entre la crisis mundial de Ucrania y el aspecto local de su vida cotidiana a través de la repentina y brutal subida del precio del combustible”, subrayó uno de los responsables de la encuesta, Francois Legrand, de la empresa demoscópica IFOP.
Tras la crisis sanitaria y el actual choque energético, el estudio constató una percepción de incertidumbre con respecto al futuro y una necesidad de avanzar hacia una Europa independiente de los combustibles fósiles, aceptando un estilo de vida más sobrio con un mayor recurso a la energía nuclear.
Así, un 77 por ciento de los encuestados se declararon dispuestos a reducir el uso del coche y casi uno de cada dos (45%) a utilizar la bicicleta para los desplazamientos cortos, y con respecto a la pérdida de poder adquisitivo 4 de cada 10 franceses plantearon no salir de vacaciones este año.
Un 82 por ciento consideró que Europa debe aprovechar la crisis para acelerar su transición ecológica alejándose de los combustibles fósiles, y nueve de cada diez demandaron que la Unión Europea actúe para independizarse del gas ruso.
Al tiempo un 63 por ciento de los entrevistados se mostraron favorables al incremento del uso de la energía nuclear, 12 puntos más que el pasado mes de octubre, cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció un programa para construir centrales nucleares de nueva generación.
Bajo el título “Cómo ven los franceses su país y su lugar en la escena internacional” el sondeo también señaló que una gran mayoría (80%) están a favor de las sanciones aplicadas contra Rusia a pesar de las consecuencias que están provocando, y más de dos tercios apoyan la entrega de armas a Ucrania, pero el 73 por ciento se opone al envío de tropas.
Por último, en cuestiones de seguridad y defensa, tres de cada cuatro encuestados estarían a favor de la creación de un ejército europeo y de que la UE se afirme en la escena mundial como una potencia y hable con una sola voz.
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