El área exhibe las huellas de una etapa importante de la historia de este país, que comenzó mucho antes de la conquista árabe del siglo VII, pero aún conserva su presencia en el arte, la arquitectura y la religión de una parte de la población.
Se ubica en la zona del Viejo Cairo, entre las murallas de lo que una vez fue la fortaleza de Babilonia, edificada por los persas en el siglo VI antes de nuestra era y reconstruida más tarde por los romanos.
Originalmente el término “copto” hacía referencia a todos los habitantes de Egipto, pero tras la dominación musulmana se empezó a utilizar para denominar a los egipcios cristianos -de confesión ortodoxa-, quienes pasaron a vivir mayoritariamente en este barrio.
Conocido en árabe como Qasr al-Sham, se distingue por sus callejuelas estrechas y adoquinadas, cuyos numerosos puestos de libros, pinturas y baratijas serían la delicia de cualquier amante del Medioevo.
Sin embargo, son los sitios sagrados y sus obras artísticas los verdaderos tesoros de valor patrimonial incalculable que el visitante recorre con una mezcla de admiración y curiosidad, especialmente porque en ellos se combinan de manera ecléctica estilos como el bizantino, el griego, el árabe y el egipcio.
La mayoría comparte la existencia de tres altares en el santuario y el uso de cúpulas sobre las naves, así como el hecho de estar exquisitamente decoradas con murales, relieves e imágenes de santos.
De particular importancia resulta la iglesia Colgante o de Santa María, que data del siglo IV. Su nombre se debe a que la nave principal fue edificada sobre la entrada sur de la fortaleza romana de Babilonia, de la cual aún puede contemplarse parte de sus torres.
Junto al santuario destacan la iglesia de Santa Bárbara, de hermoso interior que alberga algunos de los íconos más curiosos del arte copto; la de San Jorge, única en el país por su forma circular y que ostenta una cúpula decorada por una cruz, y la de los santos Sergio y Baco, considerada la más antigua del lugar.
Según la tradición cristiana, esta última fue construida en el siglo IV sobre la cueva que cobijara a la familia de Jesús durante su huida a Egipto. Su encanto arquitectónico reside en los capiteles corintios y en que está hecha a base de mármol y madera.
En la actualidad, los coptos representan el 10 por ciento de la población egipcia, y a diferencia de los cristianos de la antigüedad, habitan en distintas partes del país.
(Tomado de Orbe)