El Estado oriental presentó quejas formales ante esos gobiernos, manifestó insatisfacción y denunció la violación de leyes internacionales con su insistencia en entrometerse en asuntos domésticos.
“La reunión virtual entre los líderes de Japón y Estados Unidos manipuló maliciosamente los temas referidos a China, lanzaron ataques sin fundamento contra China (…) e infringieron en las normas básicas sobre las relaciones internacionales”, indicó un pronunciamiento oficial del gigante asiático.
Asimismo, deploró que Japón con frecuencia exagere en espacios globales y regionales las cuestiones referidas a China, le exigió dejar de causar problemas y evitar dañar los nexos bilaterales.
De igual manera, Beijing condenó un comunicado conjunto de Australia y Reino Unido y le advirtió que ninguna fuerza externa tiene derecho de inmiscuirse en sus asuntos.
“Ningún país extranjero debe subestimar la fuerte determinación, voluntad y habilidad del pueblo chino a defender su soberanía territorial”, remarcó.
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