En medio de un paisaje lunar los equipos de limpieza remueven escombros de la zona, devastada por la colisión el jueves pasado de una motocicleta y un camión que transportaba explosivos para labores de extracción en la mina de oro de Chirano.
La víspera el vicepresidente ghanés, Mahamadu Bawumia, visitó el lugar de la catástrofe y anunció que la presidenta Nana Akufo-Addo le encargó evaluar los daños e informar en qué forma el gobierno puede ayudar a los 500 residentes de la población de Apiate.
En paralelo, la Comisión Nacional de Administración de Catástrofes comenzó a coordinar los esfuerzos para asistir a los pobladores de la aldea donde un enorme cráter señala el lugar de la tragedia que aún conmueve a los ghaneses.
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