Esta edición del Censo debió realizarse en 2020, pues la encuesta es cada 10 años, pero se postergó por falta de fondos y por el impacto de la pandemia de la Covid-19.
Inicialmente, el comienzo de la recolección de datos estaba programado para el 1 de junio, fecha modificada al cambiar el tribunal que realizará el concurso y seleccionará a 206 mil trabajadores eventuales de todo el país para ejecutar la investigación.
Se seleccionarán alrededor de 183 mil censistas —empleados que van de puerta en puerta en busca de entrevistas para recolectar datos— y 23 mil agentes censales, quienes actúan como supervisores.
Estas personas deberán visitar hasta el mes de octubre más de 70 millones de hogares en todos los municipios brasileños para realizar las encuestas, siguiendo el protocolo sanitario que incluye el uso de mascarillas y protectores faciales.
Este lunes el presidente Jair Bolsonaro sancionó el presupuesto del estudio, tras intensas discusiones políticas, financieras y judiciales.
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