“El Gobierno sigue trabajando en estos temas con productores y distribuidores, en función de la evolución de los precios, para buscar medidas prácticas”, declaró Macron, matizando que “hay muy pocas medidas que tengan un impacto sustancial en algo que no depende de nosotros y que son los precios mundiales”.
Hasta el momento la única medida adelantada por el ejecutivo estaría dirigida a quienes precisan de su vehículo como herramienta de trabajo, en forma de bonificación de impuestos en base a un baremo del kilometraje realizado, lo que beneficiaría únicamente a 2,5 millones de hogares.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire descartó ayer una rebaja de los impuestos aplicados a los carburantes, pues su resultado sería nulo en caso de una nueva subida del precio del barril, pero se mostró favorable a “medidas específicas para quienes no tienen más remedio que ir al trabajo en coche”.
Le Maire se reunirá a última hora de hoy con el primer ministro Jean Castex para concretar los detalles, y el anuncio oficial podría tener lugar “tal vez dentro de la semana”, según señalaron fuentes del Ministerio.
En los últimos días, el precio medio del litro de gasolina sin plomo en Francia llegó a 1,69 euros, lo que supone un aumento de más de tres céntimos respecto a la semana pasada.
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