El Ministerio de Relaciones Exteriores llamó a Washington a respetar el principio de Una sola China y los comunicados que sustentan sus nexos con Beijing.
Insistió a la Casa Blanca en abstenerse de enviar señales equivocadas a las fuerzas separatistas de Taiwán, de socavar los lazos mutuos y de poner en peligro la paz y estabilidad en la zona.
Finalmente, la Cancillería reiteró oposición a cualquier intercambio oficial entre Taipéi y Washington.
Con este pronunciamiento el gigante asiático reaccionó a la reunión virtual sostenida el viernes pasado entre el vicepresidente de Taiwán, Lai Ching-te, con Nancy Pelosi, la líder de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y otros legisladores de la nación norteamericana.
La comunidad internacional adoptó con 170 votos una resolución en 1971 que considera a la República Popular China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
Para avanzar hacia la completa reunificación del territorio nacional, Beijing defiende también la política de Un país, dos sistemas, aplicado en las regiones administrativas de Hong Kong y Macao.
Sin embargo, los dirigentes de Taipéi se niegan a aceptar ese estatus.
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