Durante un foro celebrado en la Academia Militar del Ejército, en Los Próceres, Fuerte Tiuna, en esta capital, el alto mando expresó que ese día quedará para siempre grabado como el día del rescate de la dignidad nacional.
«Esa llama encendida del 4 de febrero será inextinguible en nosotros, en el alma, en el corazón y en la razón», subrayó el vicepresidente.
Remarcó que hace 30 años el líder de la Revolución bolivariana decidió separarse de la podredumbre y la desmoralización para retomar la dignidad nacional.
Por su parte, el ministro de Cultura Ernesto Villegas, destacó el valor de esa juventud militar rebelde.
«La rebelión no fue simplemente una intentona», subrayó en torno a lo que fue el alzamiento contra el gobierno del expresidente Carlos Andrés Pérez (1989-1993), quien impuso entonces una serie de medidas de corte neoliberal en detrimento de la población.
Villegas recordó cómo el pueblo ya se había alzado contra el neoberalismo y el poder imperial desde los acontecimientos del 19 de abril de 1810, en su lucha por la liberación independentista.
La madrugada del 4 de febrero de 1992, Venezuela se levantó en medio de una rebelión de militares, quienes intentaban derrocar a Pérez.
Los uniformados junto al entonces Teniente Coronel Hugo Chávez se identificaron como el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), movimiento político fundado a lo interno de las Fuerzas Armadas en 1983, bajo el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.
Frustrado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se rindieron, luego de que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas leales al Gobierno de entonces.
Chávez y los oficiales rebeldes fueron arrestados y privados de su libertad por fuerzas de seguridad, la histórica alocución del comandante insurrecto fue transmitida ante los medios de comunicación, y su expresión «por ahora» al anunciar el fracaso, marcó el inicio de una nueva esperanza para el país.
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