El portavoz indicó este martes que los jueces tomaron tal decisión por considerar la posibilidad de que una vez liberado Breivik, quien mantiene su ideología extremista, “reanude el comportamiento que condujo a los ataques terroristas del 22 de julio” de dicho año.
Ese día el ultraderechista hizo explotar una bomba en esta capital, cerca de la sede de Gobierno, donde causó la muerte de ocho personas, y luego asesinó a tiros a otra 69, la mayoría jóvenes, en un campamento de verano de la Juventud Laborista en la isla de Utoya.
Breivik, de 42 años, fue condenado en 2012 a la pena máxima en este país, 21 años de prisión, que puede extenderse si la justicia noruega lo considera una amenaza para la sociedad aunque por ley transcurridos 10 años, se le dio el derecho a solicitar su libertad condicional.
En la audiencia celebrada por razones de seguridad en el gimnasio de la prisión donde está recluido, ubicada en Skien, ciudad de la sureña provincia de Telemark, el terrorista argumentó que renunciaba a la violencia, pero reconoció que mantenía su ideología neonazi.
La fiscal provincial Hulda Karlsdottir declaró que estaba satisfecha con el veredicto, mientras que el abogado de Breivik, Oystein Storrvik, anunció que su defendido apelará la decisión judicial.
acl/ort