Las medidas sociales y de salud pública implementadas por la pandemia de la Covid-19 resultaron una transición rápida y sin precedentes hacia esa modalidad en muchos sectores y regiones de todo el mundo, pero es urgente regularla para proteger a los trabajadores por los peligros que puede representar para su salud.
En un informe técnico, esas dos agencias de la ONU expusieron que el teletrabajo bien organizado mejora el equilibrio entre la vida laboral y la personal, ofrece la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, y ahorra el tiempo dedicado a transportarse.
Además, estudios recientes reportan una menor incidencia de la hipertensión arterial y estrés, menor tendencia a la depresión y mayor bienestar emocional debido a la convivencia familiar de calidad, así como el consumo de dietas más saludables porque se preparan los alimentos en casa.
Por otra parte, el trabajo remoto disminuye la contaminación atmosférica y los tiempos de desplazamiento, lo que también contribuye a mejorar la salud física y mental y el bienestar social, además puede conseguir un aumento de la productividad y una reducción de los costos operativos para muchas empresas, afirmaron.
Sin embargo, precisaron ambas agencias, el empleo a distancia sin planificación, asistencia y seguridad sanitaria conlleva riesgos entre los que resaltan las dolencias físicas, y la fatiga visual, derivadas del prolongado tiempo frente a la computadora.
Igualmente, consideraron preocupante el alargamiento frecuente de las jornadas laborales y que muchas veces se trabaje aún estando enfermo, a lo que se suma el aislamiento social, conflictos entre el trabajo y la familia, incremento del consumo de tabaco y alcohol, y aumento nocivo de peso son otros posibles riesgos.
El informe indicó que el trabajo remoto aumentó en Europa de 11 a 48 por ciento, mientras en América Latina y el Caribe más de 23 millones de personas transitaron al tele empleo en el segundo trimestre de 2020.
msm/crc